Un camino siempre en la búsqueda activa de nuevo conocimiento.
Enseñar al revés tiene una clave muy sencilla: cambiar el proceso habitual, que tiene un corte puramente deducativo por otro, que tiene una base inductiva y constructiva.
A mis alumnos les digo que “el truco” está en no dar la soluciones al principio. Nos es caprichoso, intento buscar bases neurocientíficas. Se trata de no descubrir el misterio, no perder la motivación y la sorpresa en la primera frase, como lo suelen hacer los libros de texto: Concepto o definición- demostración – repetición- comparación con modelo-comprobación en examen. Los libros de texto suelen romper la magia de la sorpresa.
Están basados en un método deductivo. Partimos de las conclusiones generales para llegar a las explicaciones particulares. Partimos de la definición y el análisis de los teoremas, leyes, postulados y principios de aplicación universal y los aplicamos a casos concretos. Ya sabemos qué ocurre. Sólo lo aplicamos.
Es el modelo libros de texto. Siempre comienzan por el hecho, la definición, la fórmula o el ejemplo con solución de aquello que debemos hacer. El libro de texto, además, nos instiga a reproducirlo, utilizarlo y repetirlo, para memorizarlo, varias docenas de veces en ejercicios como método de ejercitación del aprendizaje. A veces, incluso a copiarla, cual denostado corta y pega del internet..incluso sin comprender el qué , ni mucho menos el para qué.
Un sistema que nos ha metido entre ceja y ceja el modelo de libros de texto y que ha degenerado en “la desprofesionlización” total del profesorado. Si incluso hay libros de textos con las soluciones para el profesor. ¿Cómo vamos a ser orientadores, si no hay orientación…si todo está escrito y definido?
En cambio, enseñar al revés tiene que ver más con el método inductivo. Utilizamos la razón, la comparación, el ensayo error y el razonamiento para obtener conclusiones cuya aplicación sea de carácter general.
Este camino nos permite partir de lo concreto, lo cercano, lo individual, e incluso, tangible, para llegar a conclusiones más universales, generales y abstractas. En su recorrido puedes permitir que fluya la intriga y el interés a medida que vas proponiendo y proponiéndote retos.
El papel del docente consiste en ir dejando pistas para que el alumnado construya su camino, y que le permanezca la motivación intrínseca y la pasión por la búsqueda continua.
¿Qué es aprender sino buscar infinitamente?
En realidad, enseñar al revés es otra forma de afianzar aquello que, en otra entrada, denominé “
enseñar sin explicar“.
Formular preguntas, crear hipótesis, refutarlas, falsearlas y deducir conclusiones. Análisis y síntesis, ensayo-error, investigación-acción… muchos son los caminos que nos llevan a enseñar partiendo de la aplicación y llegando a la regla, tomando la actividad del alumnado como motor del aprendizaje.
No, ya no sirve de nada dar definiciones y reglas y luego aplicarlas sin fallo. El aprendizaje real tiene más que ver con los errores, los descubrimientos y las construcciones colectivas; con las definiciones propias, la aproximación a la norma y las reglas consensuadas.
Contar el final de la película nada más comenzar.
¿Os imagináis que todas las historias en el cine, comenzaran con el desenlace y que luego intentaran explicarnos cómo llegó hasta allí? Las historias perderían gran parte ( o totalmente) de su interés?
A lo mejor esto no es enseñar al revés… y el revés fue siempre como lo hicimos.
No Comments